Bautismo de Fuego de la Fuerza Aérea Argentina
El Bautismo de Fuego recuerda lo sucedido el 1° de mayo de 1982, cuando se llevó a cabo “La Batalla Aérea de las Malvinas”, en la que efectivos de la Fuerza realizaron 56 salidas aéreas, en misiones de cobertura y ataques a blancos navales británicos, con el lanzamiento de 20 toneladas de bombas. En esa oportunidad, se producen las primeras bajas de la historia de la Fuerza Aérea contra una potencia extranjera.
Hechos
A las 4:40 hs del 1 de mayo, un bombardero británico B-2 Vulcan, proveniente de la isla ascensión, descargó un racimo de bombas de mil libras sobre la pista del aeropuerto de Puerto Argentino. Esa incursión ejecutada desde gran altura tomó por sorpresa a la defensa antiaérea argentina que, a partir de ese momento, entró en estado de alerta. La pista sufrió un agujero de veinte metros de diámetro, sin embargo, los Hércules C-130 y otros aviones de menor porte pudieron seguir operando hasta el fin del conflicto.
Los británicos habían dividido sus fuerzas navales en dos grupos de tareas; uno, liderado por el portaaviones “Invencible” que se ubicó al norte de la Isla Soledad, a 130 km de Puerto Argentino; el otro, encabezado por el portaaviones “Hermes”, se situó al noreste, a 93 km de la costa malvinera, desde estos navios partieron los aviones Harrier y Sea Harrier que atacarían a las fuerzas argentinas.
Más tarde los radares nacionales, desplegados en Puerto Argentino, anunciaron la llegada de nuevas incursiones. Los sistemas de artillería antiaérea conformados por efectivos de Artillería de Defensa Aérea del Ejército Argentino, con misiles Roland, cañones Oerlikon de 35 mm y sus radares y directores de tiro Skyguard, y artilleros antiaéreos de la Fuerza Aérea y de la Armada entraron en acción.
Entre las 7:40 y las 8:35 horas se desarrolló un violentísimo duelo entre aviones británicos y artilleros nacionales. La aviación británica emplea bombas de fragmentación para destruir la pista y otras del tipo BELUGA, cuyo dispositivo hace que exploten antes de llegar al suelo. Otras que se diseminan en un radio de 200 metros y algunas de menor tamaño que detonan al entrar en contacto con el suelo o con retardo de una o dos horas.

Los británicos continuaron con los ataques, pero se encontraron con el fuego cruzado de nuestra artillería de defensa aérea: dos aviones Harriers son derribados por la artillería del Ejército Argentino, uno por misiles Roland y otro por los cañones de 35 mm; un misil Tiger–Cat de la Armada Argentina derribó a un tercer atacante y otros cuatro se alejaron averiados. Las aeronaves enemigas ya no volvieron a intentar atacar volando a baja altura, contentándose con ataques desde gran altitud y perdiendo, de este modo, efectividad.

Al mismo tiempo que la Base Malvinas se defendía, una tercera formación atacaba la Base Cóndor. Se había ordenado que se evacuaran los Pucará a la Estación Aeronaval Calderón (en la isla de Bordón). Algunos lograron despegar, otros en cambio fueron sorprendidos en tierra mientras lo intentaban. Tres aviones enemigos arrojaron sus bombas. Uno de los artefactos alcanzó de lleno un avión y provocó los primeros muertos en acción aérea de esa Unidad: el teniente Daniel Jukic, el cabo principal Mario Duarte y los cabos primeros José Maldonado, Agustín Montaño, Miguel Carrizo y José Luis Peralta.
El helicóptero CH-47 matrícula H-91 evacuó hacia Puerto Argentino a trece heridos que requirieron tratamiento urgente. Fallecen durante el traslado el cabo principal Juan A. Rodríguez y el cabo 1º Andrés L. Brashich.
Aproximadamente a las 14:30 hs, 3 fragatas y 1 destructor británicos inician un fuerte bombardeo sobre el sector del aeropuerto y las posiciones argentinas que se encuentran al sur de Puerto Argentino. Por la noche se aproximan los barcos reiniciando el cañoneo naval, que produce bajas y deja los radares de vigilancia fuera de servicio.
15:45 De Río Gallegos partió la sección Dardo de dos M-III. Son los primeros en combatir con los Sea Harrier. Uno fue derribado en el combate aéreo, su piloto logró eyectarse y fue recuperado. El otro avión, con escaso combustible, intentó aterrizar en la Base Malvinas, que se encontraba en alerta roja, y fue derribado por la artillería argentina. Su piloto, el capitán Gustavo Argentino García Cuerva no logró eyectarse y falleció.

Se inicia así, para las fuerzas Argentinas, la batalla por las islas Malvinas, que se prolongará, sin pausas, hasta el día 14 de junio de 1982, durante 45 días.
Aquel primero de mayo de 1982, nuestra Fuerza Aérea y Artillería de Defensa Aérea tuvo su bautismo de fuego, demostrando una gran eficacia al momento de derribar las aeronaves atacantes o hacerlas desistir del ataque.